El homo economicus no es una buena descripción de la mujer, pero tampoco es una buena descripción del hombre. Julie Nelson
Hoy por la mañana, como todos los días, estaba leyendo las noticias más importantes del día y me topé con este encabezado en el diario Milenio: "Cunde desempleo entre las mujeres más preparadas". Sin duda, inmediatamente llamó mi atención y me encontré con las siguientes cifras: "El 46% de las desocupadas tiene educación media y superior. Al cierre de 2010, del total de desempleados más de 730 mil fueron mujeres, que en su mayoría dijeron estar sin trabajo pese a tener niveles de educación medio y superior”.
Según datos del INEGI, el porcentaje de mujeres con mayor educación en el país y sin emplearse es el más alto históricamente desde hace cinco años. Esto me lleva a pensar que sin duda hay un sesgo de género que no logramos ver; con esto me refiero a que el mercado laboral ha estado pensado por y para hombres y es ciego a las necesidades particulares de las mujeres sobre quienes todavía recaen las responsabilidades del cuidado de los hijos así como del espacio doméstico.
En ese sentido, en el modelo que impera en el mercado laboral actual, para que una mujer pueda insertarse en el mercado laboral necesita de sus redes familiares y personales (madre, hermana, suegra, amiga, etc.) o pagarle a otra mujer para que realice esas tareas ya sea el cuidado de los hijos, la realización de las labores domésticas, entre muchas otras cosas más. Si sumamos todo lo que cuesta pagar a una persona que haga todas estas labores, el costo resulta bastante alto.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó en su reciente panorama laboral 2011, que se dio un aumento del empleo en el sector informal, principalmente de las mujeres, esto ante las menores posibilidades de inserción al trabajo formal y las precarias remuneraciones en las actividades por cuenta propia. Sin duda, para que las mujeres se puedan insertar en condiciones más equitativas en el mercado laboral es necesario que hombres y mujeres nos replantemos los horarios de trabajo, las condiciones laborales y el acceso a los espacios de poder. Si logramos esto, todas y todos ganamos ya que actualmente estamos desperdiciando el potencial de más del 50% de la población.
Si deseas conocer más acerca de este tema, te recomiendo:
El homo economicus no es una buena descripción de la mujer, pero tampoco es una buena descripción del hombre. Julie Nelson
Hoy por la mañana, como todos los días, estaba leyendo las noticias más importantes del día y me topé con este encabezado en el diario Milenio: "Cunde desempleo entre las mujeres más preparadas". Sin duda, inmediatamente llamó mi atención y me encontré con las siguientes cifras: "El 46% de las desocupadas tiene educación media y superior. Al cierre de 2010, del total de desempleados más de 730 mil fueron mujeres, que en su mayoría dijeron estar sin trabajo pese a tener niveles de educación medio y superior”.
Según datos del INEGI, el porcentaje de mujeres con mayor educación en el país y sin emplearse es el más alto históricamente desde hace cinco años. Esto me lleva a pensar que sin duda hay un sesgo de género que no logramos ver; con esto me refiero a que el mercado laboral ha estado pensado por y para hombres y es ciego a las necesidades particulares de las mujeres sobre quienes todavía recaen las responsabilidades del cuidado de los hijos así como del espacio doméstico.
En ese sentido, en el modelo que impera en el mercado laboral actual, para que una mujer pueda insertarse en el mercado laboral necesita de sus redes familiares y personales (madre, hermana, suegra, amiga, etc.) o pagarle a otra mujer para que realice esas tareas ya sea el cuidado de los hijos, la realización de las labores domésticas, entre muchas otras cosas más. Si sumamos todo lo que cuesta pagar a una persona que haga todas estas labores, el costo resulta bastante alto.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó en su reciente panorama laboral 2011, que se dio un aumento del empleo en el sector informal, principalmente de las mujeres, esto ante las menores posibilidades de inserción al trabajo formal y las precarias remuneraciones en las actividades por cuenta propia. Sin duda, para que las mujeres se puedan insertar en condiciones más equitativas en el mercado laboral es necesario que hombres y mujeres nos replantemos los horarios de trabajo, las condiciones laborales y el acceso a los espacios de poder. Si logramos esto, todas y todos ganamos ya que actualmente estamos desperdiciando el potencial de más del 50% de la población.
Si deseas conocer más acerca de este tema, te recomiendo:

2 comentarios:
Hola Georgina, me podrias decir de cuando es esta estadistica INEGI que subiste? Tienes el link de ello?
gracias.
Hola Georgina, me podrias decir de cuando es esta estadistica INEGI que subiste? Tienes el link de ello?
gracias.
Publicar un comentario